Pues sí, es la mejor. Su madre era medio gallega y medio cubana y trabajó toda su vida para sacar adelante a sus tres hijas. La historia de mi bisabuela fue un culebrón que no me resisto a contar aquí, así, a groso modo, porque da para una novela de García Márquez fijo: su padre era un comerciante gallego, que viajaba mucho a Cuba por negocios. En uno de los viajes, dejó embarazada a una cubana y se volvió a ir. Una de las veces que volvió, se encontró a su hija, que tendría unos dos o tres años, y se la quitó a su madre y se la trajo a España. La dejó con sus hermanas, a las que yo me imagino siempre como a las hermanas de la Cenicienta, porque eran malas malísimas y la trataban fatal porque era bastarda. Su padre, harto de verla siempre hecha un trapo y para que no la trataran mal, la mandó a una casa de ricos a Alicante a servir, y allí conoció a un chico y se casó. La familia de éste también renegó de ella, por lo de bastarda, pero él la quería más a ella y tiraron para alante. Tuvieron tres hijas, y cuando la última nació, él se murió, dejándola ella con las tres niñas y sin un duro. Esa es la historia de mi bisabuela Balbina, ¿da para un culebrón o qué?
En fin, a lo que iba. Mi abuela es la mejor. Ella es la pequeña de las hijas de mi bisabuela, así que nunca llegó a conocer a su padre. De pequeña, como su madre tenía que trabajar, la metieron en un colegio de monjas, todavía me cuenta historias de cómo le hacían comerse los tomates, que a ella no le gustaban: se los ponían para comer, ella los dejaba, se los ponían para cenar, ella los dejaba, y así sucesivamente hasta que se los comía y luego los vomitaba.
Cuando yo nací fui la primera nieta y mi madre, además, tenía una peluquería montada en casa de mi abuela con lo que me pasaba el día allí. Me quedé a dormir hasta que tuve unos cuatro o cinco años, y porque mi madre tuvo a mi hermanita y ella lloraba si yo me quedaba con mi abuela, así que mis padres me llevaban a casa con ellos. La mayor parte de mi vida la he pasado con ella, tenía el colegio al lado, todas las santas tardes mi madre nos llevaba a casa de mi abuela, pero todas, y pasabamos allí la tarde, con ella y con mis tías.
Yo me acuerdo de cuando mi abuela trabajaba, limpiando claro, y a veces me llevaba con ella a la oficina (la dueña se llamaba Cristina, fíjate de qué cosas se acuerda una). Para mi abuela, la familia es lo más importante, nos quiere a rabiar y procura darnos todo lo que puede. Es una mujer trabajadora, cariñosa, un apoyo fundamental para mi madre y una de las personas que yo más quiero.
Me encanta preguntarle cosas de cuando era pequeña, me habla de mi bisabuela, de la época de la postguerra, de las sirenas, los trozos de pan que se encontraba por la calle y se los comía porque estaban muertos de hambre, de cuando vivían en el campo, sin luz, sin aseo y casi sin agua...
Mi abuela es la mejor, y porque fue su cumpleaños el día 31 de Junio (74 años muy, pero que muy bien llevaos) y porque ella se lo merece, le dedico esta entrada en mi blog. Te quiero llalla, muchas felicidades y que cumplas mil millones más.

Aquí está mi llalla Mercedes